Una encuesta realizada recientemente, estima que, uno de cada diez jóvenes de entre 12 y 18 años consume alcohol cada semana. Además, la edad media en la que los adolescentes comienzan a beber es de 13 años.
El 56,1% de los jóvenes encuestados dijo comenzar a beber con amigos y lo hacen en gran parte por "probar" en el 37,1% de los casos.
Uno de cada diez jóvenes de entre 12 y 18 años consume alcohol cada semana, y poco más de un tercio, al menos una vez al mes.
El 17,7% de los chicos dice haberse emborrachado en el último año, porcentaje que asciende a casi un 50% entre los que tienen entre 16 y 18 años.
En cuanto a las bebidas alcohólicas que consumen con más frecuencia el fin de semana, el 55,2% opta por licores de alta graduación.
El 39,4% dijo que lo adquiere en grandes o medianas superficies, el 19,9% en bares y el 11,3% en tiendas de "chinos".
Los jóvenes suelen beber en calles, plazas o parques, así lo afirma el 41,5% de los entrevistados y el 33,1% en una casa, propia o ajena.
Por otra parte, según un artículo de la Agencia SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas) el patrón de consumo del joven español ha cambiado en los últimos años. Hay una tendencia generalizada a pensar que los universitarios, por tener más edad y en teoría, mayor acceso al alcohol, lo consumen más que los jóvenes adolescentes, pero no es cierto. Ambos consumen las mismas cantidades de alcohol durante el botellón.
La investigación confirma que los varones son quienes más beben y que «buscan la borrachera». En la investigación se ha observado que los universitarios cuando eran adolescentes bebían menor cantidad y en la universidad aumentan el consumo. Sin embargo, los adolescentes de hoy consumen al mismo nivel que los universitarios.
El estudio apunta que un adolescente que hoy bebe las mismas cantidades que un universitario tiene un 10% menos de capacidad para recordar lo aprendido, mayor lentitud para procesar la información, problemas de atención y dificultades para organizarse, controlar los sentimientos o tomar decisiones con criterio.Este estudio indica también que, cuando el adolescente alcance los 20 años tendrá muchas más consecuencias que los universitarios actuales: tendrá repercusiones negativas en sus estudios, en el trabajo, en sus relaciones personales, como también en la economía.
Ninguno de los dos grupos de estudio son conscientes de los riesgos para la salud que acarrea el consumo en exceso de alcohol. Según esta investigación, las consecuencias no las relacionan con enfermedades, sino con los riesgos de conducir en estado de ebriedad, las peleas, agresiones y vómitos.
En general, todos los jóvenes consideran que su consumo no tendrá consecuencias negativas. Creen que para que eso ocurra tienen que estar mucho más tiempo ingiriendo bebidas alcohólicas, pero esto no implica que el problema no exista ya, sino que no lo perciben como tal.
Aquí os dejo algunos vídeos que muestran la realidad de los botellones.
"La gente sale para emborracharse; yo por lo menos salgo para emborracharme..."
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